El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas le nombra “La tierra de los huipiles” por sus famosos tejidos y telares. En el 2013 un grupo de niños fueron ejemplo de superación internacional al participar en competencias internacionales de basquetbol, en donde destacaron por jugar descalzos y ganaron la admiración de millones de personas en el mundo.
Hoy la población triqui vuelve ser blanco de la atención nacional, pero ahora, no por el deporte, sino la violencia de la que han sido objeto por años cientos de familias que han sido desplazados de sus hogares por grupos paramilitares, se dice, bajo el auspicio y el amparo de autoridades gubernamentales, y que esperan poder regresar a sus hogares.
Ubicada al noroeste del estado de Oaxaca se encuentran ubicadas dos regiones donde viven los triquis. El pueblo más conocido de la zona baja es San Juan Copala, en la zona alta se encuentran los pueblos de San Martín Itunyoso, San Andrés Chicahuaxtla y Santo Domingo del Estado, donde se habla la lengua Tnánj nình-in. Sus cosechas se basan en: maíz, frijol, calabaza, chile y quelite.
Históricamente las posibilidades de un regreso civilizado a sus hogares por años no ha sido concretado. Hoy no creen en la palabra de la Secretaría de Gobernación, ya que se ha dicho que a su regreso, estarán concentrados en “reservas o comunas”, alejados de sus tierras, hogares y seres queridos. “Esperanza G” tiene meses apostada junto con otros grupos de hombres y mujeres en la explanada del Zócalo de Oaxaca.
Ahí está en compañía de su familia no sólo vendiendo artesanías hechas por manos triquis. Ahí se ubican campamentos en donde decenas de familias se manifiestan exigiendo que se les permita el regreso a sus hogares.
“Esperanza” forma parte de las más de mil personas que han sido desplazadas de sus hogares en comunidades; ella es integrante del Grupo de Desplazados Originarios de San Juan Copala.
“El año pasado hubo un desplazamiento de otro pueblo de la región triqui, que se llama Tierra Blanca Copala, y ya lleva año y tres meses. Las manifestaciones llegaron a Oaxaca en el Palacio de Gobierno y en el Zócalo de esa ciudad, sin obtener respuesta. Ante la negativa del gobierno, muchos se manifestaron en la ciudad de México en la Secretaría de Gobernación, a donde llegaron con el apoyo de algunas organizaciones y asociaciones; sin embargo, los días pasaron y tampoco hubo respuesta favorable. Se hizo un plantón en Bellas Artes. Finalmente tuvieron que retirarse”.
Según refiere, en Oaxaca hay una organización llamada “Mult”, Movimiento Institucional de Lucha Triqui, donde hay grupos paramilitares que quieren el poder de la zona triqui y que mantienen la zozobra, el temor y el miedo en esta comunidades.
“Quienes no se suman con ellos, los obligan con violencia a abandonar sus casas para salvar sus vidas”.
Según “Rosa G”, los pueblos que no quieren trabajar en esa línea a sus órdenes, son desplazados a la fuerza; asegura que bajo el amparo del Gobierno del Estado e incluso el Federal, con el uso de las armas, los desplazan. Hasta el momento ya suman tres los pueblos desplazados.
Este no es un fenómeno nuevo. Dice que los desplazamientos violentos se remontan a doce años atrás, siendo la primera comunidad desplazada San Miguel Copala, posteriormente San Juan Copala y luego Tierra Blanca. Estas comunidades indígenas de la cultura triqui, están compuestas por campesinos, amas de casa, agricultores, pequeños comerciantes de tiendas pequeñas, artesanías, de tejidos y telar de pintura.
“Son pueblos marginados, ya que están alejados de la capital oaxaqueña, hasta ocho horas de camino hacia la sierra. Las condiciones son muy desfavorables. La autoridad manda dinero a través de los líderes, que finalmente se quedan con ese recurso y lo reparten únicamente a las comunidades en las que sí tiene influencia, generando mucho más pobreza y marginación”.
¿En dónde están los desplazados? De acuerdo a “Esperanza”, algunos se quedan en algunas regiones alejadas de la zona triqui, y otros se van a México a manifestarse y hacer visible esta condición.
“Esto es algo muy injusto, ya que realmente es gente pobre que necesita estar en sus casas; ahí cultivan el frijol, el café, es una región fértil que colinda con la costa oaxaqueña”.
¿Cuál es la riqueza de la zona triqui?
La zona triqui se ubica en la zona noreste de Oaxaca. Es una zona fértil, boscosa, con mucha agua. Se dan mucho mamey, maíz, mango, chicozapote, plátano. Hay ganado bovino, ovino, además hay recursos naturales en las minas de carbón y otros minerales que están a la mira de grandes empresas mineras.
“Hubo un Congreso Nacional Indigena y ya se advirtió que han dado concesiones a empresas para abrir minas a cielo abierto, que no sólo contaminan el agua, sino que les quita sus derechos a los pueblos originarios”.
Los niños quedan desamparados, viven en las calles, ya no estudian. La mayoría de las mujeres son analfabetas, no hablan español, sólo hablan la lengua triqui y es difícil vivir lejos de su tierra.
“El que debe poner orden es el gobierno del estado, pero no han hecho nada. Han mandado a la Guardia Nacional, pero no llegan a la zona. Hay diputados por Morena, se deben imponer, pero por el contrario, obstaculizan la información que llega a México. Por el contrario, hay muchos presos políticos que se han rebelado, situación que el gobierno no quiere volver a ver. No hay guardias comunitarios, pero no se permite que entren policías estatales. No hay policía municipal, son los paramilitares los que controlan. Es la misma gente de ellos. Esta región tiene mucha fama de que hay muchas armas”, denunció.
Triquis: Segregados, discriminados, en zonas de concentración indígena
“Esperanza” señala que la Secretaría de Gobernación planteó para este mes de mayo el regreso civilizado de los desplazados a Oaxaca. Son alrededor de mil personas desplazadas de tres comunidades.
Sin embargo, no están de acuerdo en los términos. Se dice que no regresarán a sus hogares sino que se instalarán en un fraccionamiento para los desplazados, en la región de Zaachila ubicada en los Valles Centrales, a una hora de la capital, para la población de San Juan Copala.
“Se pierde la identidad, la lengua, las costumbres. No es lo mismo estar donde nacieron que instalarse en el lugar en donde nacieron. Somos varias las comunidades que estamos viviendo violencia y siendo segregados”, lamentó.
En tanto se da una verdadera solución al conflicto, Esperanza y otros cientos de desplazados, continuarán vendiendo artesanías, para poder subsistir y esperando la respuesta y la solución al desplazamiento de San Juan Copala y las demás comunidades oaxaqueñas que han sido violentadas.
Desde el 2010 se dio el desplazamiento en San Miguel Copala y no se ha hecho nada.