La pandemia acalló el clamor que surgió en la primera marcha por la defensa del acuífero de Parras, realizada en este pueblo hace cuatro años.
Fue en abril de 2019, cuando el entonces alcalde Ramiro Pérez Arciniéga encabezó la manifestación donde miles de ciudadanos alzaron la voz. Tres años han pasado de aquella ocasión, sin embargo, la sobre explotación continúa y hoy Parras se va quedando sin agua.
Es domingo 24 de abril, la pandemia causó estragos y aunque la asistencia a esta marcha fue mucho menor, el clamor sigue siendo el mismo: “El agua de Parras no se vende, el agua de Parras se defiende”.
De nueva cuenta el punto de encuentro fue el obelisco ubicado en la avenida Ramos Arizpe y bulevar 16 de septiembre. La cita fue a las diez, pero el contingente inició su marcha media hora después para dirigirse por varias calles, pasar por la Presidencia de Parras y concluir en la plaza del Reloj, en la Iglesia de Santa María de las Parras.
Hoy no hubo ninguna autoridad municipal que los respaldara ni que atendiera sus peticiones.
“Nos oponemos a la sobre explotación del acuífero Saltillo Sur que Aguas de Saltillo pretende hacer”, señala la manta firmada por el Comité de Defensa de la Cuenca”.
El sol a esa hora ya quemaba y el agua fluía, pero embotellada y apenas iniciaba la caminata teniendo al frente una ambulancia Unidad de Contingencia Covid.
En familia, grupo de amigos, ejidatarios, en su mayoría portando su cubrebocas se hicieron presentes. Incluso algunas religiosas que con todo y su hábito, daban muestra de la potencia de sus pulmones: “El agua no se vende, se defiente”, se escuchaba a varios metros de distancia.
Los paraguas protegían a los manifestantes de las inclemencias del sol y el agua calmaba la intensa sed. No obstante el calor, el ánimo de los parrenses se mantenía igual o más firme, que las intenciones de seguir explotando el acuífero que da agua a General Cepeda y Parras.
De la avenida Ramos Arizpe, se viró por Cinco de Mayo. Justo en esa calle se conserva una acequia que hoy luce vacía, seca. Doña Julieta, residente en una de las casas de dicho sector, salió a ver la marcha pasar.
“Si, hace mucho pasaba el agua por aquí todos los días y estaba muy fresco; pero ahora pasa cada mes y sí es lamentable que haya menos agua”, reconoció.