Por Mariel Soto
La manera excepcional de ver la danza y el mundo en cada creador es algo que no vamos a poder cambiar, la danza sigue fuerte y presente pese a todas sus carencias, dificultades y sobre todo después de una larga pandemia aún presente, he de expresar que una danza emerge de las raíces mas profundas de sus ciudades, tierras y paisajes.
30:11 nace del Río Nazas y su vado vacío, nace de un municipio industrializado, emerge con sus primeras danzas dedicada a las mujeres en situación de riesgo,
La danza en la Comarca Lagunera es una constante lucha de clases, pero la construcción de piezas inéditas deja al descubierto el talento musical y dancístico, al mismo tiempo que surgen bailarines egresados de la Escuela Municipal de Danza Contemporánea y las dudas que desenredan – Y ahora, ¿qué hacemos?
La idea de una compañía no nace de sueños ni mucho menos de ideas sin trasfondo, la verdadera razón del surgimiento de una compañía de danza es la “necesidad”; ¿necesidad? Así es, es mentira de que los bailarines siempre están rodeados de sueños, un bailarín trabaja arduamente por la mera necesidad de expresar, pero al mismo tiempo lo persiguen los problemas de día a día como lo es la falta de oportunidades y desempleo, o empleos poco remunerados, sin contar con un seguro médico y/o prestaciones.
Los ideales que persigue esta compañía no son borrosos, son más que claros, con un objetivo sólido que es seguir haciendo danza y para esto cito a Isadora Duncan “Tengo la clara sensación de que la dureza general de la vida es una condición normal”.
Citando esto hago hincapié que un bailarín no solo tiene que ser excelente en su interpretación y técnica, fuera de esto esta la condición de un profesional gestionando y tocando puertas para poder ser bienvenido al mundo del “arte”, consciente que la dureza de la vida es una condición normal.
Pero la certeza de una compañía nueva pero sólida ameniza y tranquiliza, pero la lucha día a día es constante, con ensayos y práctica.
Continuando con el título de lo escrito, compañía 30:11 es la necesidad y producto de su manera de ser y de ver el mundo.