El pasado 3 de abril las mujeres que integran la colectiva Madres Poderosas pusieron a Torreón en el foco nacional al realizar la primera ceremonia conmemorando a las víctimas de feminicidio. Con ello se pretende que las autoridades reconozcan públicamente un problema que aqueja no sólo a esta ciudad norteña sino a decenas de ciudades en la República Mexicana.
Cristela Soto, madre de Daisy Viridiana Martínez Soto, estableció que la lucha ha logrado alcanzar ciertos propósitos pero mientras la violencia de género no cese y las muertes violentas cometidas por un esposo, novio o amigo prevalezcan, ellas continuarán pugnando por la justicia. En resumen, dijo que la colectiva es la voz de las mujeres que ya no están con vida.
“Estamos reunidas para que sepan las autoridades que no estamos solas y aparte, que todo feminicidio se debe de investigar y se lleven a cabo como deben ser los protocolos. El motivo es que aquí en la región no catalogan como un feminicidio sino como uxoricidio o homicidio culposo el delito. Nosotras como Madres Poderosas somos la voz de las que ya no están”.
Al igual que sus compañeras, ella precisó que las puertas para exigir la justicia se abrieron con el respaldo absoluto de la Red de Mujeres de la Laguna y otros colectivos que apoyan a las madres que continúan con su lucha.
“Nosotros gracias a dios estamos en el camino para que ya no suceda lo mismo con las que vienen atrás de nosotras o que ya no vuelvan a pasar los feminicidios, lo que queremos es que todas las jovencitas que las manipulan, que las golpean o agreden, que pongan una denuncia y más que nada se les dé seguimiento porque a la mayoría no se les atiende”.
Cristela Soto dijo que unidas como Madres Poderosas, las mujeres lograron que cuatro sentencias se establecieran con firmeza en el caso de los feminicidios de sus hijas. Y la lucha no cederá con la conclusión de sus asuntos legales puesto que ahora las buscan otras madres que han perdido a sus hijas, e incluso dos padres se han sumado a la colectiva.
“Hay que reconocer a las personas que nos han apoyado. Para mí, es un logro, bendito dios, de todos los colectivos y la Red de Mujeres que siempre vamos de la mano. En el caso de Daisy, mi hija, se tomó el Centro de Justicia Penal para que nos hicieran caso. Cerramos el estacionamiento y eso fue un logro por medio de Madres Poderosas y de colectivos”.
Luego de perder a su hija y de pasar por un periodo de duelo, Cristela Soto se armó de valor para exigir justicia. Incluso le ha apostado a decir con firmeza que a ella nadie la va a silenciar porque asegura, si no se dice lo que ocurre, la población no dimensiona el tema y el peligro que representa.
“Los medios también han sido nuestro apoyo, son la voz porque si no fuera por los medios nadie se daría cuenta de lo que está sucediendo. Yo le agradezco a todos los medios que nos están apoyando día a día, que cuando uno les menciona a los reporteros que no nos hacen caso y vamos a estar en alguna parte, están ahí y por medio de ellos (la presión social que ejercen) se han logrado las sentencias”.
En el panorama más desolador de la lucha se encuentra la pérdida de las hijas a manos de hombres violentos, pero de forma paralela Madres Poderosas visibiliza el problema con miras a erradicarlo porque hoy a esposos, parejas, novios o amigos de las posibles víctimas, ya no se les hace tan fácil el abusar o violentar sin pensar que tendrán una consecuencia legal.
“Yo he dicho anteriormente que no todos los hombres son iguales. Yo les menciono a los hombres y a las jovencitas que si ya no son felices con su pareja, que los dejen. Que no tengan miedo a luchar solos; no hay necesidad de que le quiten la vida a la pareja. Aquí el problema es que tenemos miedo de estar solos, de no poder salir adelante, pero realmente somos fuertes.
“Y más que nada que no se dejen manipular porque se ponen a ver el celular para ver quien les habla. A las mujeres las critican, las golpean, les dicen que están feas, que estás gorda. Psicológicamente también golpean”.
La hija de Cristela fue asesinada el 16 de julio del 2016 y pasaron cinco años para que pudiera dictarse una sentencia. Ella sigue luchando hoy por su nieto que no desea llevar el nombre y apellido de su padre. Se pretende la modificación del acta de nacimiento y de todos sus documentos legales para darle una nueva identidad al menor, puesto que presenció el ataque que sufrió su madre hasta que su papá la privó de la vida.
“Es un derecho que tiene él como único testigo. Cuando él tenía cuatro añitos fue cuando sucedió lo de mi hija; él estuvo presente y él declaró en lo penal para que se pudiera dar esa sentencia que realmente es revictimizar al pequeño y más que nada siempre les menciona uno: somos víctimas directas e indirectas porque nosotros tenemos que ir a preguntar qué pasó con los procesos o darles explicación. Somos víctimas de la burocracia y la negligencia”.
De esta forma Cristela trabaja junto con las integrantes de Madres Poderosas para la obtener la reparación integral de daños cometidos en contra los nietos que requieren atención psicológica y tanatológica, así como recursos suficientes toda vez que se quedaron en la orfandad.